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El Pájaro Macuá

Colombia

En las noches de luna débil, cuando el viento acaricia los árboles con un murmullo que parece un lamento, algunos aseguran escuchar un canto triste, repetitivo, como un “pío… pío…” que viene desde lo más profundo del monte o se pierde entre los cafetales. No es un ave común. Quienes lo han oído saben que ese sonido no pertenece a ningún pájaro conocido. Es el pájaro Macuá, y su canto no es otra cosa que una confesión eterna. La leyenda cuenta que hace mucho tiempo vivía una mujer joven, hermosa y deseada por muchos. Pero su corazón estaba lleno de orgullo, y no conocía la compasión. Tenía varios pretendientes, y jugaba cruelmente con ellos, prometiendo amor que luego negaba con frialdad. Uno de esos hombres, humillado y desesperado, acabó quitándose la vida. La tragedia se extendió por el pueblo como fuego, pero la joven no mostró ni lágrimas ni arrepentimiento.

Ilustración de El Pájaro Macuá - parte 1

Con el tiempo, otro hombre cayó víctima de su vanidad. Y otro. La gente comenzó a evitarla, temiendo su belleza como si fuera una maldición. Y entonces, una noche, la joven desapareció. Algunos dicen que fue maldecida por el alma de aquel que más la amó. Otros, que los espíritus del bosque, testigos de su crueldad, la convirtieron en lo que más temía: un ser olvidado, condenado a vagar por los montes sin rostro ni forma humana. Su cuerpo se transformó en un ave pequeña, de plumaje oscuro, pero su alma no cambió. Su voz, antes dulce y burlona, se volvió un canto de arrepentimiento que repite eternamente: “pío… pío…”, como si dijera “perdón… perdón…”.

Ilustración de El Pájaro Macuá - parte 3

Desde entonces, el pájaro Macuá aparece por las noches en los caminos solitarios, cerca de casas donde alguien ha muerto de amor, o donde habita la culpa. Su canto es tan triste que, quienes lo escuchan, sienten un escalofrío recorrerles la espalda. Se dice que si oyes su canto muy cerca, debes rezar. Porque puede significar que alguien cercano cargará con una pena profunda, o que la muerte ronda la zona. Y así, el Macuá sigue volando, invisible para la mayoría, cantando en la oscuridad no por gusto, sino por castigo. Una advertencia viva de lo que ocurre cuando el amor se convierte en burla y el corazón se endurece hasta volverse piedra.

Ilustración de El Pájaro Macuá - parte 5